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Tito: parte de la historia del barrio

 

“Tengo una vida social muy importante relacionada con el colegio”, bromeó Tito, pero todos sabemos que es cierto. Tito es, para toda la comunidad educativa del Juan B. Justo, un integrante más, y se ha ganado el cariño de todos.

 

Su infancia y su barrio

 

Tito, cuyo nombre real es Ruben Daniel Carballo, nació el 27 de abril de 1955 y se crió en el barrio de Floresta, en la casa en que aún vive hoy día,  ubicada al lado de su librería, y enfrente de la escuela Juan B. Justo.

 Cuando Tito era un niño, asistió al colegio comercial n° 11 “Dr. José Peralta”, ubicado en el barrio de Villa Devoto, ya que, en ese momento, la escuela “Juan B. Justo”, no era ni siquiera un proyecto. Los terrenos que hoy son, por ejemplo, El Hogar Obrero o el Juan B. Justo, eran casas bajas y canchas de fútbol -donde Tito jugaba a la pelota con sus amigos-, ya que no existía la cooperativa que surgiría más adelante, a mediados de la década del ‘70, y que construiría el colegio, en el año 1986. La institución, en un principio, era privada, y luego pasó a ser pública.

 

Su familia

 

 En 1993, Tito conoció a su esposa Vânia en unas vacaciones en Brasil , en un concurso de lambada. Él la invitó a bailar y, además de ganar el concurso, comenzó una relación con ella. El día 10 de mayo de 1995, Tito y Vânia tuvieron su primer y único hijo, al que llamaron Daniel, y actualmente viven los 3 juntos en la casa en la que nació y creció Tito.

 

Sus pasatiempos

 

 Durante su tiempo libre, le gusta -como todo buen hincha-, ir a ver a All Boys, y también ir a la plaza, al cine y a comer pizza.

Le gusta escuchar música, principalmente el tango y el folklore, siendo de sus músicos

preferidos, Atahualpa Yupanqui y Joan Manuel Serrat. Además, le gusta escuchar bandas de rock de los años ‘70, entre ellas, “Los Gatos”, “Almendra” y “Manal”.

 

Tito y el colegio

 

Por un lado, Tito tiene una relación comercial con la escuela “Juan B. Justo”, ya que, las fotocopias que los alumnos necesitan, los profesores se las dejan a él, y lo estudiantes las van a comprar a su negocio. Tito abrió su librería en el año 1994 pensando que sería una buena idea abrirla en frente del colegio, cuyo rector en aquel momento era el profesor Cascallar. En un principio, vendía artículos de librería y de kiosco, pasando luego a vender artículos de librería  únicamente. Por suerte, Tito no trabaja solo, sino que también trabaja allí su esposa, para ayudarlo.

Pero además, con todos estos años de relación comercial, ha surgido también una relación afectiva, entre Tito, y los alumnos y profesores de la institución, debido a que él se ha ganado el cariño de todos con su simpatía y amabilidad. Tanto es así, que Tito es invitado a los actos del colegio, ha entregado títulos a pedido de los alumnos cuando ellos se reciben, y también lo han invitado a diversas salidas, como a bailes o al teatro, entre otras cosas.

 Nos contó una graciosa anécdota (o quizá no tanto). En el ‘99, él tenía un Fiat 600, y el día de la ceremonia de colación de los alumnos que egresaban del secundario del Juan B. Justo, cuando terminó el acto, los estudiantes pusieron su auto de trompa, casi adentro del colegio. Al día siguiente, el rector fue a avisarle que habían hecho un atentado contra el instituto, que habían querido entrar un coche al colegio, y que era el suyo.    

 Tito es una importante figura, por su historia en el barrio y su contribución para con el colegio, pero por sobre todo, por ser una gran persona.

 

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